ULISES Y LAS SIRENAS -detalle

Nombre de la Obra: Ulises y las sirenas – detalle

Autora: VANESA GALIZIA

Año: 2021

Técnica: mosaico romano

Medidas: 90 x 110 cm.

Material
: mármol turco – 40 tonos

Piezas: +10.000


REPRODUCCIÓN DE MOSAICO ROMANO

El mural musivo que he realizado por encargo consiste en la reproducción de la imagen central de la obra original llamada ‘Ulises y las sirenas’. Se encuentra emplazado en el hall de entrada del COMPLEO TEATRAL ÍTACA, ubicado en la calle Humahuaca 4027 de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

La obra original obra se encontró en Dougga, una localidad ubicada a unos 90 kilómetros de la ciudad de Cartago cuya población fue muy floreciente durante el asentamiento romano en Túnez, debido a sus tierras especialmente fértiles.

El mosaico romano ‘Ulises y las sirenas’ fue hallado en el vestíbulo de la residencia romana del siglo III d. C. (datado alrededor del 260 d. C.) llamada Casa de Dioniso y Odiseo y actualmente forma parte de la colección del Museo Nacional del Bardo situado en las afueras de la ciudad de Túnez, lugar residencial desde el siglo xiii de los sultanes hafsidas.

Historia mitológica representada en la escena épica

En el canto XII de la Odisea la diosa Circe acoge a Ulises y a sus hombres tras su vuelta del Hades y después de festejarlos generosamente les advierte de los peligros que tendrán que arrastrar en sus próximas singladuras camino de Ítaca, la primera de ellas la Isla de las Sirenas, “Tendréis que pasar cerca de las sirenas que encantan a cuantos hombres se les acercan. ¡Loco será quién se detenga a escuchar sus cánticos pues nunca festejaran su mujer y sus hijos su regreso al hogar! Las sirenas les encantarán con sus frescas voces. Pasa sin detenerte después de taponar con blanda cera las orejas de tus compañeros, ¡qué ni uno solo las oiga! Tu solo podrás oírlas si quieres, pero con los pies y las manos atados y en pie sobre la carlinga, hazte amarrar al mástil para saborear el placer de oír su canción”.

Odiseo y su gente se hacen a la mar y al acercarse a la Isla de las Sirenas y su florido prado, obedeciendo el consejo de la diosa y tras untar cera recién derretida en el oído de sus compañeros, ordena que estos le aten de pies y manos al firme mástil. Al notar las Sirenas la presencia de la embarcación entonan su sonoro canto preludiado con tentadoras palabras, ” …Detén tu nave y ven a escuchar nuestras voces. Después de deleitarse con ellas quienes las escucharon se van alegres conociendo muchas cosas que ignoraban, … sabemos cuánto sucede sobre la tierra fecunda”.

Es el propio Ulises, en su relato a Alcínoo, quien habla de cómo fue el encuentro, “Entonces mi corazón deseo escucharlas y ordené a mis compañeros que me soltaran haciéndoles señas con mis cejas, pero ellos se echaron hacia delante y remaban, y luego se levantaron Perimedes y Euríloco y me ataron con más cuerdas, apretándome todavía más”.  

Así fue como el barco siguió su rumbo y se alejó de las rocas quedando Ulises y su tripulación a salvo.

 

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